jueves, 27 de agosto de 2009

Teoría del resumen y tarea

Niños,

Acá les he subido lo vimos la clase pasada.  Léanlo por favor.  Luego resuman en 30 palabras, aproximadamente, el tecto "La miseria" de Charles Peguy.  Resúmanlo antes de leer los resúmenes hechos a continuación.

Un abrazo,

PILAR

PRINCIPIOS E INDICACIONES PRÁCTICAS PARA HACER UN BUEN RESUMEN

Por María Elena Moll Sureda

 

1.0. PRINCIPIOS

 

1.1. Respete la extensión solicitada

En la mayoría de los exámenes y concursos la extensión del resumen que usted debe hacer ha sido fijada claramente por los correctores. Usted deberá atenerse a estas indicaciones. Reducir o sobrepasar el número de palabras exigido es tan grave como equivocarse en el tema de una disertación o de falsear u olvidar uno de los datos en un problema de matemáticas.

 

1.2. Un resumen no es un plan ni una toma de notas, simplemente vueltas a poner en orden: debe ser redactado.  Claro, lógico, bien encadenado; está escrito para otros y debe poder ser leído en voz alta sin ninguna dificultad, comprensible inmediatamente, (no se trata de un estilo telegráfico ni de anotaciones esquemáticas,  también se usarán paréntesis, puntos suspensivos, etc. 

 

1.3. Un resumen no es un mosaico de frases o de expresiones del autor reproducidas tal cual.   Corresponde al redactor del resumen hacerse cargo del pensamiento del autor del texto original, y expresarlo—no en las palabras originales—sino que “reformularlo” en palabras propias.  Esto no significa que no se puedan o deban reproducir las palabras del autor. Hay que considerar que, si es bueno, habrá elegido sus palabras cuidadosamente y que ellas serán, en su mayoría, palabras de gran condensación.  Una búsqueda a toda costa de sinónimos y de paráfrasis no podría sino conducir a un estilo artificial, sin ninguna pertinencia, confuso y, por cierto, a la imposibilidad de mantener el resumen dentro de los límites requeridos.

 

1.4. Un resumen no es una reducción mecánica proporcional como la que podemos obtener al reducir el tamaño de una fotografía.  Un resumen valora lo esencial.  No se resumirá, por lo tanto, el texto párrafo por párrafo, tratando de que cada parte de su resumen sea proporcional, en número de palabras, a la parte correspondiente del texto original.

 

1.5. Un resumen no es un análisis.

El resumen respeta el orden adoptado por el autor, mientras que el análisis desgaja las ideas y pensamientos al subrayar su importancia relativa, sin obligarse a seguir el hilo de su desarrollo.  En un resumen hay que proscribir radicalmente las inútiles presentaciones:  “El autor expone”, “El autor se detiene aquí para mostrar”.  Por ley de género el resumen es sustituto del texto.

 

1.6. Un resumen no es un comentario.

La primera cualidad de un resumen es la fidelidad al sentido, la sumisión más completa posible al pensamiento del autor.

 

2.0. Indicaciones prácticas

 

2.1. Hay quienes hacen marcas en el texto durante la primera lectura. La experiencia nos dice que esta práctica es nociva en este primer momento.  En efecto, los subrayados, los círculos en torno a frases, etc., hechos cuando todavía no estamos familiarizados con el texto, pueden influir en las lecturas sucesivas y eventualmente impedir que veamos aquellos datos importantes que se nos escaparon en una primera lectura rápida.

 

2.2. Es preferible leer primeramente dos o tres veces el texto propuesto, con mucha atención, y en voz baja. Enseguida, reflexionar y hacer el primer intento de decirse a uno mismo cuál es la idea central; cuál es el punto de arranque del texto; cuál el encadenamiento lógico de sus ideas, cuáles su conclusión y su interés.  Es bueno escribir esto, pero sólo como un primer modo de arrancar en la redacción.  Lo más probable es que no se lean estas notas posteriormente, pero este paso supone una importante reflexión que le facilitará una nueva lectura del texto.

 

2.3. En una nueva lectura, si lo desea subraye las palabras o los grupos de palabras que usted no se quiere arriesgar a olvidar, las palabras que lo remiten o lo llevan a aquellas ideas que no se pueden omitir.   No subraye frases o partes de frases enteras, ya que incluso en esta etapa, usted corre el riesgo de que lo subrayado condicione negativamente  su redacción.  Recuerde que es totalmente desaconsejable emplear las frases tal como están en el texto.

 

2.4. Si el texto que se debe resumir es largo, establezca su plan con nitidez; separe  las distintas  partes del texto, y, sobre todo, observe la manera en que éstas se encadenan.  Este encadenamiento no es necesariamente lógico (a veces son  sentimientos,  ejemplos, imágenes que aseguran la ligazón o unión), pero de todos modos para usted es fundamental descubrirlo.  No se puede re-pensar verdaderamente el texto si no se re-piensa al mismo tiempo la forma o dirección en que se va haciendo su camino,  si no se descubre su “corriente”.

 

2.5. Si el texto que se va a resumir es breve, o si usted ha captado todos sus encadenamientos, no es indispensable establecer el plan sobre su borrador. Empiece a redactar enseguida para enfrentar ya—y tratar de resolver—los problemas que ese preciso texto presentará (cada texto presenta problemas especiales para los que no es posible,  de hecho,  dar consejos de conjunto que sean realmente eficaces).   La única forma de aprender a hacer bien los resúmenes es haciendo muchos y corrigiéndolos muy atentamente, comparando en detalle, cada vez que se pueda, el texto al que ha llegado con los de sus compañeros.   A veces  resulta asombrosa la diferencia de las soluciones adoptadas para dar cuenta de los mismos datos. Comparar lo que cada uno ha entendido ayuda siempre a comprender mejor, y confrontar redacciones posibles ayuda siempre a redactar mejor.

 

 

LOS DISTINTOS PASOS EN LA REDACCIÓN DE UN RESUMEN

 

Paso 1:  Lectura  y comprensión del texto original  (o “fuente”)

 

La redacción de un texto resumen empieza con la comprensión del texto original o texto "fuente", esto es, con la mejor lectura posible del texto que se va a resumir.

Este punto nos enfrenta con el primer problema, ya que los procesos de leer y de comprender lo que se lee no siempre van juntos.  Pero también nos permite ver la esencial relación entre lectura y escritura. 

La lectura descuidada es muy frecuente, de ahí que en el primer intento de escritura, el escritor del resumen suele agregar ideas por cuenta propia; omitir algunas de las que aparecen en el texto, y distorsionar otras: esto es normal.  Por eso, lo primero es  una lectura cuidadosa del texto con el fin de entenderlo cabalmente.  Esta comprensión no se refiere solo a los detalles, alusiones y términos; también debe tenerse una clara visión del texto como conjunto. 

Para ayudar a una captación total, conviene hacerse preguntas como: ¿cuál es el propósito de este texto?  Su autor ¿está tratando de informar, describir, persuadir, explicar, narrar, entretener?

¿Cuál es la actitud del autor?  ¿Expresa el autor un punto de vista personal o se trata de un texto puramente objetivo?

¿Tiene el texto un estilo[1] o un tono[2]  especialmente distintivo?

 

Paso 2:  Análisis del contenido.

 

Una lectura  exitosa supone "recuperar" los contenidos semánticos del texto leído, su  significado. Para ello es necesario reconstruir los esquemas del texto. Aquellos contenidos mentales a partir de los cuales el escritor construyó el texto original.

Este análisis supone ver la manera como las ideas se han presentado y cómo determinan la estructura subyacente del texto.

Algunos textos están más altamente estructurados, pero todos tienen una estructura.

El análisis de un texto se facilita si abordamos la tarea párrafo por párrafo  (como sabemos, cada párrafo desarrolla una idea o grupo de ideas).  Lo importante es que en este análisis paso a paso no se  pierda de vista el sentido global del texto.

Hay distintas maneras de desarrollo de un texto, por ejemplo, el escritor puede hacer el recuento de una secuencia cronológica de hechos, describir una escena, comparar o contrastar ideas, proponer hipótesis y apoyarlas con ejemplos o bien combinar algunas de estas u otros acercamientos.

No importa cuál sea la estructura es necesario reconstruirla a partir de  un esquema.

 

Paso 3:  Selección de ideas

 

Hecho el análisis del contenido, aparece claro que algunas ideas son de importancia primordial, mientras que otras no.  La mejor manera de hacer esta selección  y de descubrir la jerarquización de ideas es ir revisando párrafo por párrafo.  Esta discriminación  entre ideas esenciales y no esenciales  es un paso crucial y la mejor manera de ejercitar nuestro juicio, lógica y sentido común.

 

Paso 4:  Mismo significado del texto original en distintas palabras

 

Un resumen debe respetar absolutamente el significado del texto original.  Este significado, sin embargo, debe ser expresado en palabras del autor del resumen.  Salvo excepciones—como el título y algunas palabras clave—, no se deben tomar ni frases ni  oraciones del texto original.

Para expresar las ideas o conceptos que están en la base de su texto, el autor ha debido desarrollarlos.  El redactor de un resumen debe volver a esos conceptos e ideas básicas, a esas ideas que suponen siempre una condensación de significado.

Esta tarea pone a prueba tanto la competencia lingüística del redactor del resumen como su competencia discursiva.  En efecto, por una parte necesitará recurrir a  palabras  (verbos, sustantivos, adjetivos y adverbios) globalizadoras de significados, y, por otra,  a estrategias de construcción que le permitan, a través de estructuras gramaticales nuevas, conservar el mismo significado del texto original. 

Así, usará un solo término, como, por ejemplo, el sustantivo 'multilingüe' para reemplazar una serie de palabras que en el texto original se han usado para referirse al mismo concepto.  O, como en el texto que sigue, el sustantivo 'primavera'  para reemplazar 

52 palabras del texto original.

 

Ejemplo:

 

"Iba preparado para recibir el golpe de frío en su cara como había ocurrido cada tarde, durante esos últimos dos meses.  Se sorprendió, sin embargo.  Algo había cambiado esencialmente.  En lugar del azote frío, un aire tierno y levemente perfumado lo envolvió al salir.  Deshecho el gesto de protección que  obliga a agacharse,  irguió la cabeza.  Aún había suficiente luz como para notar  el  verdor que subía  por los  árboles,  y las  diminutas protuberancias  que estallaban en  algunas ramas.   La gente parecía diferente ese día,  había una actitud de gustosa demora.  Todo parecía ajustarse a una nueva armonía.

 

Resúmenes:

 

Al dejar su trabajo esa tarde, comprobó que la primavera, triunfal como siempre, había regresado.

 

Esa tarde comprobó que el invierno había terminado y que la primavera había ya empezado a actuar con su armonía sobre el mundo.

 

Al salir del  trabajo esa tarde, lo sorprendieron gratamente las señales de la inminente llegada de la primavera.

 

Paso 5:  Preparación del borrador del texto resumen.

 

Normalmente el texto resumen va a seguir el mismo orden que el original.  Si se estima que un cambio es fundamental para recuperar el significado del texto original, debe hacerse, pero pondrá en juego todas nuestras habilidades lingüísticas además de nuestro conocimiento textual, con el fin de no distorsionar el mensaje.

Mientras redacta el resumen, tenga siempre en mente el principio de la brevedad.  En un resumen  no hay lugar para verbosidad: evite la palabrería inútil, las repeticiones, los circunloquios.

Si el primer  resumen resulta  muy largo,  vuelva a escribirlo: cada vez resultará más fácil decir lo esencial con menos palabras.

 

Paso 6:  Revisión del texto resumen

 

Esta parte del proceso de escritura  obliga a volver al texto original permanentemente.  Habrá que revisar si hay omisiones o inexactitudes, releyendo el texto original oración por oración. También es necesario verificar  si el texto resumen refleja el propósito y tono del  texto original.

El nuevo texto debe ser claro y estar libre de errores tanto de vocabulario, como gramaticales y ortográficos.  La escritura debe hacerse con anticipación, ya que es muy importante dejar pasar un tiempo antes de su revisión.

 

 

EJERCICIOS PRÁCTICOS.

 

1.0.  REDACCIÓN DE UN RESUMEN

 

Texto original

 

Los chinos nunca han visto a Colón como un héroe.  Hace tres años, una revista china de Historia lo acusó de ser un “pirata colonialista”, que había utilizado sus viajes para saquear Asia.  Ahora, un estudioso chino sostiene que un monje budista del siglo quinto, llamado Huishen,  pudo haberse adelantado a  Colón  en su viaje al Nuevo Mundo.

 

Los expertos en cultura china están al tanto, desde hace mucho tiempo, del viaje de este monje a una  misteriosa tierra llamada Fusang.  Sin embargo,  la  ubicación  de este lugar sigue siendo fuente de grandes discusiones.  Otro tanto ha ocurrido con la veracidad de los relatos de dicho monje, cuestionadas ya  por sus contemporáneos.   Aun así, algunos estudiosos modernos piensan  que Fusang  puede  existir en realidad, y agregan que podría tratarse  de Japón o  de un lugar en  la costa norteamericana  del Pacífico.

 

En el último número de la revista oficial: “China Reconstructs”, el historiador y marino chino, Fang Zhonpu, asegura haber resuelto  el problema.  Su primera evidencia la constituye una piedra con forma de rosquilla (de 35 kilos), descubierta en 1972, cerca de Santa Bárbara, California.  Fang dice que la piedra es una clara señal de que hubo una visita china en época pre-colombina, y cita, en su apoyo, el testimonio de algunos científicos americanos.   Así,  Roland Von Huene, geólogo y marino  del  Geological Survey de Estados Unidos, y el primero en darle importancia al curioso objeto, señala: “El orificio central claramente ha sido hecho con herramientas”. James Moriarty, un arqueólo y marino de la Universidad de San Diego, la identifica con un tipo de las llamadas  piedras mensajeras, probablemente originaria de la antigua China.  Este tipo de piedra se habría hecho deslizar a lo largo de la cadena del ancla con el fin de limpiarla de las algas marinas  pegadas a ella.  Otra piedra antigua, descubierta, en las afueras de Los Ángeles, por Wayne Baldwin y Robert Miestrell —dos buceadores— apunta también a una temprana presencia china.  Para Moriarty y su asistente, el arqueólogo Larry Pierson, este objeto se parece mucho a las llamadas piedras de molino que, como se sabe, fueron usadas como anclas por los navegantes chinos.

 

Otros estudiosos no están tan seguros.  El mineralogista Ching Chang Woo, nacido en Canton, intentó datar la piedra mensajera a partir de su costra mineral, pero no lo logró debido a que el mar va depositando esos materiales a lo largo de muy distintas épocas.  Un ex arqueólogo de UCLA, William Clewlow, admite que las piedras son  piezas  de evidencia  muy atractivas, pero que  “por sí mismas  no son concluyentes”.

 

Fang es mucho más positivo.  Señala que alrededor del siglo III d. C., los comerciantes chinos habían llegado hasta el océano Índico, y que ya entonces eran capaces de calcular tanto la velocidad  como la distancia de sus viajes, y agrega: “Por lo tanto, en el siglo V, habría resultado  perfectamente posible para los barcos chinos  cruzar  el Océano Pacífico”.

 

Paso 1:  Lectura y comprensión del texto

 

El texto tiene un propósito informativo: el escritor da cuenta de la hipótesis de un estudioso chino  que propone que un monje del siglo V descubrió América del Norte, siglos antes, por lo tanto,  que Colón.  Además este estudioso presenta evidencias en apoyo de su teoría. 

El artículo contiene numerosos hechos y nombres, pero resulta fácil de entender, ya que no contiene términos de alta especialización.  Está escrito en estilo periodístico: el escritor es objetivo, puesto que da cuenta de hechos y de opiniones que se contraponen sin apoyar o atacar una posición en particular.  Está destinado a un amplio público lector.

 

 

Paso 2:  Análisis del contenido

 

El siguiente es una análisis, oración por oración, párrafo por párrafo, del desarrollo de las ideas dentro del texto.

 

Párrafo 1 Propósito: Introducir el tema.

Idea central: Un estudioso chino sostiene que un monje del siglo V podría haber llegado al Nuevo Mundo mucho antes que Colón.

Desarrollo: La oración número tres es la verdadera oración tópica del párrafo.  Las primeras dos oraciones son solo introductorias. El autor usa las referencias a Colón como una manera de  hacer que  el lector entre en la historia que se relata,  y al mismo tiempo valore  el significado de la afirmación de Fang.

 

Párrafo 2 Propósito: Dar antecedentes históricos.

Idea central: Desde hace tiempo se conocen relatos  acerca del viaje que un monje del siglo V habría hecho a Fusang, una tierra desconocida, posiblemente  un lugar de América del Norte.

Desarrollo: En la cuarta oración el escritor hace referencia a historias sobre el viaje del monje a Fusag.   Las oraciones 5 y 6 dejan caer ciertas dudas sobre la veracidad de las historias. La oración 7 une estas historias con el tema central y refuerza la posibilidad de que la hipótesis  de Fang sea verdadera.

 

 

 

 

Párrafo 3. Propósito: Describir los  hallazgos que apoyan la explicación de Fang.

Idea central: Dos piedras antiquísimas encontradas en las costas de California podrían  pertenecer a la  época antigua de la cultura china.

Desarrollo: La oración 8 da más información acerca del estudioso chino y de su hipótesis.  Las oraciones 9 a 13 aportan antecedentes sobre la principal pieza de evidencia; y las oraciones 14 y 15  describen la segunda reliquia.

 

Párrafo 4: Propósito: Presentar puntos de vista que arrojen dudas sobre la veracidad de la hipótesis de Fang.

Idea central: Algunos estudiosos piensan que la existencia  de estas piedras no constituyen evidencia suficiente.

Desarrollo: La oración 16 supone una transición: advierte que hay opiniones que disienten de la de Fang.   Las oraciones 17 y 18  señalan que otros dos estudiosos  cuestionan  la hipótesis de Fang.

 

Párrafo 5: Propósito: Presentar más apoyo en  favor de Fang

Idea central: Fang afirma que los navegantes chinos tenían ya entonces conocimientos  suficientes como para haber hecho tal viaje.

Desarrollo: La oración 19 supone una transición y reafirma la hipótesis de Fang.  Las oraciones 20 y 21 le dan apoyo adicional.

 

 

Paso 3:  Selección de las ideas principales

 

Las ideas más importantes del texto pueden resumirse como sigue:

 

1.     La teoría de Fang:  un monje budista llegó a Norteamérica en el siglo V a. C.

2.     Antecedentes: la leyenda

3.     Evidencia:

3.1. el hallazgo de las reliquias

3.1.1. piedra mensajera

3.1.2. piedra de molino

3.2. Experticia de los antiguos navegantes chinos.

4. Puntos de vista contrarios.

 

Paso 4:   El mismo contenido semántico expresado en distintas palabras

 

Aplicado al texto que nos ocupa, este paso es responsable, por ejemplo, de los siguientes términos globalizadores que aparecen en los dos resúmenes  presentados (ver paso 5):

 

Reliquia, sustantivo que se refiere a las dos piedras encontradas, y que hace alusión tanto  a su carácter de testimonio como de objeto de gran antigüedad.

 

Utensilios, sustantivo que tiene el sentido (globalizador) de todo aquello que se usa en un determinado proceso.

 

Habilidades, sustantivo, también con sentido globalizador, útil para resumir una serie de destrezas que se reconocen en alguien.

 

 

 

 

Paso 5:  Preparando el borrador del resumen

 

Aquí van algunos ejemplos de distorsiones e inexactitudes que aparecen  en resúmenes escritos descuidadamente:

 

1)      Colón puede perder su estatus de héroe si es que se prueba que Huishen, un monje budista del siglo V, fue el primero en encontrar el Nuevo Mundo.  (distorsión del hecho).

2)      El historiador Fang Zhongpu descubrió una piedra con forma de rosquilla, la cual cree fue tallada con herramientas.  (distorsión del hecho).

3)      Recientemente, los chinos han elaborado pruebas que contradicen el hecho de que Cristóbal Colón fue el primero en izar velas hacia el Nuevo Mundo.  (palabras incorrectas; distorsión del hecho).

4)      Algunos científicos norteamericanos creen que esto prueba cierto tipo de visita de los chinos a América, pero la evidencia es insuficiente.  La propuesta de Fang tiene una debilidad fundamental: le falta evidencia sustancial. (opinión dirigida).

 

Mientras se planifica el resumen, puede considerarse la posibilidad de agrupar las ideas de acuerdo a la secuencia dada en el paso 3.  En este resumen, sin embargo, las ideas deben estar preferentemente presentadas en la misma secuencia en la que aparecen en el original, porque terminar el resumen presentando  los puntos de vista discordantes dejaría al lector con una impresión escéptica con respecto a la historia.

 

Paso 6:  Redacción  de  resúmenes

 

1. Se presenta un resumen final de este texto, escrito con un total de 147  palabras.

 

Un historiador chino, Fang Zhongpu, ha afirmado  que un monje del siglo V llegó al Nuevo Mundo siglos antes que Colón.  Una vieja leyenda —la cual Fang cree cierta— habla sobre los viajes del monje hacia tierras desconocidas, posiblemente las costas del Pacífico de Norte América.  Las evidencias de Fang incluyen dos antiguas piedras encontradas cerca de la costa de California, y los testimonios de varios científicos americanos que lo respaldan.   La primera reliquia ha sido identificada como una piedra mensajera, con un posible origen chino antiguo; la segunda,  parece ser un tipo de piedra de molino  que los marineros chinos solían usar.  A Fang no lo desalientan  las críticas de algunos estudiosos que dicen que su evidencia no es concluyente; él asegura que los marineros chinos de aquel entonces tenían los utensilios y las habilidades requeridos para un viaje de ese tipo.

 

147          palabras.

 

2. Se presenta un segundo resumen final de este texto escrito con un total de 126  palabras.

 

 Apoyado en una vieja leyenda, Fang Zhongpu, afirma que un monje chino habría llegado, en el siglo V d. C., a tierras desconocidas, posiblemente las costas del Pacífico de Norte América.  Las evidencias de este historiador chino incluyen dos antiguas piedras encontradas cerca de la costa de California, y los testimonios de varios científicos americanos que lo respaldan.   La primera reliquia ha sido identificada como una piedra mensajera, con un posible origen chino antiguo; la segunda, con un tipo de piedra de molino  que los marineros chinos solían usar.  A pesar de las críticas en contrario, a  Fang le parece que su evidencia  es concluyente;  asegura que los marineros chinos de aquel entonces tenían los utensilios y las habilidades requeridos para un viaje de ese tipo.

 

126 palabras

 

 

2.0. Ejercicios progresivos.

 

Los ejercicios que siguen tienen por finalidad comparar críticamente distintos borradores de resúmenes. A partir de estos resúmenes progresivos se hace especial hincapié en la importancia que tienen tanto de las múltiples reflexiones en torno al significado del texto original como de la  redacción de muchas versiones distintas: sólo se aprende a resumir, resumiendo.

 

La miseria.

CHARLES PEGUY

 

Por razón de la fraternidad, tenemos el deber de arrancar de la miseria a nuestros hermanos los hombres:  es ésta  una tarea preexistente.   Por el contrario,  el deber de igualdad es  mucho menos urgente, ya que  mientras no puedo vivir tranquilo sabiendo que aún hay  hombres que viven en la miseria, no me inquieta en absoluto saber las mayores o menores fortunas que puedan poseer los hombres que viven fuera del mundo de la miseria.   No  logro apasionarme con la pregunta sobre  en quiénes  recaerán , en la ciudad futura, las botellas de champagne, los caballos finos,  los castillos del valle del Loira.   Eso es algo que siempre se regulará, mientras  haya  verdaderamente una ciudad.   En tanto  no haya ningún hombre proscrito de ella, exiliado en la miseria económica, poco importa la situación que fulano o zutano lleguen a  tener.

 

 

 

ESTUDIO DEL TEXTO

Elaboración y examen crítico de dos resúmenes.

 

Luego de la primera lectura rápida podría estar tentado de creer que la idea :”la fraternidad prima por sobre la igualdad” es la más importante y prácticamente la única que hay que despejar.  Pero el título del texto es “La miseria” y yo observo, al releerlo lentamente, que esta palabra “miseria” figura desde la primera línea y que vuelve a aparecer tres veces.  La tercera vez, está determinada por un adjetivo, y la esta nueva expresión “miseria económica”  se repite   [...]  por los miembros de frase siguientes: “Que ningún hombre sea mantenido en exilio en (o dentro)  de la miseria económica, que ningún hombre sea tenido, mantenido,  en el exilio económico”.

 

LA MISERIA

Resumen

 

La miseria exilia al hombre al interior mismo de la sociedad de los hombres. Que nadie entonces entre nosotros pueda ser miserable, tal es el primer deber, el de la fraternidad. La igualdad importa mucho menos (36 palabras).

 

 

Examen crítico del resumen.

 

  Releo a Péguy y me releo. ¿Podría acusárseme de modificar el orden del texto?  No creo.  A diferencia del texto de Péguy, yo debo explicar al mismo tiempo que enuncio, por lo tanto debo dar el valor o ponderar de inmediato  la relación de las dos ideas: “La miseria excluye a la fraternidad, la fraternidad debe excluir a la miseria”. Ahora, estas fórmulas no están mal y son cortas. ¿No podría adoptarlas?  Pero ¿serán lo suficientemente claras  para un lector que las leerá sin mayores antecedentes?  No es seguro. La primera presenta, además, a la reflexión, un doble sentido: se podría creer que la miseria impide a los miserables ser fraternales entre ellos. Además yo lo agravaré enseguida si introduzco “la igualdad, deber menos urgente”.  Luego de dos fórmulas bien balanceadas, esta resultaría bien débil. Conservo, entonces, por el momento, mi texto primero.

Me releo una vez más. Mi “igualdad”, desnuda, al final de mi frase, me inquieta un poco.  En la famosa divisa “Libertad, Igualdad, Fraternidad” ¿no se trata, antes que todo de la igualdad de los derechos, de los derechos del hombre?   El texto original es claro: Peguy declara su poco interés sólo con respecto a la igualdad de las rentas, de las situaciones, de lo superfluo... Me falta, por lo tanto, ajustar esta precisión en mi resumen de modo que no haya ninguna ambigüedad.

 

La miseria exilia al hombre al interior mismo de la sociedad de los hombres. Que nadie entonces entre nosotros pueda ser miserable, tal es el primer deber, el de la fraternidad. La igualdad de las rentas o de las situaciones importa mucho menos (46 palabras).

 

Este texto es conveniente, pero es ligeramente ambiguo en su segunda frase: le falta nervio, y las conexiones no aparecen con suficiente fuerza.  Me doy cuenta de esto inmediatamente si lo comparo con uno hecho por uno de mis compañeros.

 

 

Es la fraternidad, no la igualdad, la que es el primer deber, ya que la diferencia de las condiciones importa finalmente bastante poco, mientras que la miseria,  degrada al hombre, lo exilia, lo excluye. Suprimamos primeramente la miseria (37 palabras).

 

Mi compañero ha hecho las mismas reflexiones que yo, pero él ha conservado la idea que primeramente nos impresiona y ha empezado por esa sin dudar, incluso de manera abrupta, pues eso lo obliga a dar, después de su afirmación paradojal, la razón, esto es, el carácter deshumanizador de la miseria.  No ha olvidado precisar que la igualdad a la que apunta es la de las condiciones, no la de los derechos, pero es sobre la miseria en lo que él insiste, y termina con  una invitación a la acción para erradicarla. Su texto, incontestablemente, es mejor y más eficaz.

 

 

 



[1] Estilo: un modo característico de expresión que combina la idea que se está expresando con la individualidad del autor.  Un trabajo puede  categorizarse según esté  escrito en estilo literario, periodístico o científico, etc.  Puede clasificarse también como abstracto o concreto; formal o informal; original o imitativo. (estructura de oraciones, ritmo, coherencia y énfasis son, entre otros,  elementos de estilo).

[2] Tono: una manera de escribir que muestra una determinada actitud por parte del autor (por ejemplo, tono amistoso, sarcástico, sincero, o artificial).

Tarea para resumir

Mis queridos,

Aquí les dejo el texto que hay que resumir en cien palabras para la próxima clase.

Saludos,

PILAR


Cuando no hay alegría

De José Ortega y Gasset.

 

Lea atentamente el texto que aparece a continuación, y, a partir de él, redacte un resumen de alrededor de 100 palabras.

 

Cuando no hay alegría el alma se retira a un rincón de nuestro cuerpo y hace de él su cubil. De cuando en cuando da un aullido lastimero o enseña  los dientes a las cosas que pasan. Y todas las cosas nos parece que hacen camino rendidas bajo el fardo de su destino y que ninguna tiene vigor bastante para danzar con él sobre los hombros. La vida  nos ofrece un panorama de universal esclavitud. Ni el árbol trémulo ni la sierra que incorpora  vacilante su pesadumbre, ni el viejo monumento que perpetúa en vano su exigencia de ser admirado, ni el hombre, que, ande por donde ande, lleva siempre el semblante de estar subiendo una cuesta. Nada,  nadie manifiesta mayor vitalidad que la estrictamente necesaria para alimentar su dolor y sostener en pie su desesperación.

Y, además, cuando no hay alegría, creemos hacer un atroz descubrimiento. Muy especialmente si la falta de alegría proviene de un dolor físico, percibimos con extraña evidencia la línea negra que limita cada ser y lo encierra dentro de sí, sin ventanas hacia fuera, como Leibniz decía, pero sin el infinito que este hombre contento metía dentro de cada uno. Este es el descubrimiento que hacemos por medio del dolor como por medio de un microscopio: la soledad de cada cosa.

Y como la gracia y la alegría y el lujo de las cosas consisten en los reflejos innumerables que las unas lanzan sobre las otras y de ellas reciben [...] la sospecha de su soledad radical parece rebajar el pulso del mundo. Se apagan las reverberaciones que refulgían en sus flancos; nada suena ni resuena; las gargantas son mudas, los oídos, sordos y el aire intermedio, como paralítico, es incapaz de vibrar. Lo demás es fantasmagoría, fiesta irreal de luz prendida en un instante sobre las largas nubes vespertinas -pensamos-. Y ya es casi un goce de nuestra falta de alegría perseguir con la mirada la espalda curva, rendida, de cada cosa que sigue su trayectoria solitaria. Y presentimos que hay dondequiera oculto un nervio que alguien se entretiene en punzar rítmicamente. En la estrella, en la ola marina, en el corazón del hombre, da su latido a compás el dolor inagotable...

 

viernes, 21 de agosto de 2009

Manifiesto propio y otras lides

Mis muy queridos todos,
Como ya saben (porque os lo dice vuestro programa), la próxima semana hay dos eventos importantes en nuestras vidas: 

1) Control de lectura --> para este control tendrán que haber leído los cinco artículos que les di en clases más la carta del Papa Juan Pablo II a los artistas.  Les adjunté en el blog lo de Juan Emar para aquellos que no fueron a clases el martes pasado.  Hay que haberse leído también La contadora de películas de Rivera Letelier.  En el control, haré preguntas de desarrollo en las que tendrán que asociar los distintos planteamientos de los manifiestos leídos con la novela y tendrán que asociar los distintos manifiestos entre sí.  

2) Manifiesto propio --> tal como conversamos en clases, la idea es que escriban su propio manifiesto, explicando en él qué es el arte para ustedes, cuáles son los valores que, según ustedes, lo rigen y cuál es la importancia que ustedes le dan al arte en la sociedad actual.  A grandes rasgos, hay que contestar estas tres cuestiones.  Hay, por supuesto, muchos temas más a los que se pueden referir como, por ejemplo,  ¿qué es la belleza?, ¿es necesario que el arte sea bello?, ¿es arte sólo lo que genera impacto?, ¿tiene alguna dimensión educativa el arte? y un largo etcétera.  Si no logran inspirarse con estas ideas, fíjense que en los manifiestos que hemos leído se tratan diversos temas.  Pueden, si quieren, partir de una idea tomada de algún manifiesto (y lo dicen, por favor: "idea tomada del escrito tanto de tanto y tanto") y de allí seguir con sus propias ideas.
EXTENSIÓN:  cuatro planas a espacio y medio aproximadamente.  Pueden incluir fotos, dibujos, canciones o lo que quieran (que no se contarán dentro de las cuatro páginas a espacio y medio).

Nos vemos el próximo martes =)
Saludos,
PILAR

Carta a los artistas de Juan Pablo II

Mis queridos,
Acá va la carta que nos escribió Juan Pablo II.  Ésta es sólo una parte.  Si quieren leer más, vayan al link que les pongo a continuación:

http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/letters/documents/hf_jp-ii_let_23041999_artists_sp.html#_ftnref1

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CARTA
DEL SANTO PADRE  JUAN PABLO II 
A LOS ARTISTAS

A los que con apasionada entrega 
buscan nuevas « epifanías » de la belleza 
para ofrecerlas al mundo 
a través de la creación artística.

« Dios vio cuanto había hecho, y todo estaba muy bien » (Gn 1, 31)


El artista, imagen de Dios Creador

1. Nadie mejor que vosotros, artistas, geniales constructores de belleza, puede intuir algo del pathoscon el que Dios, en el alba de la creación, contempló la obra de sus manos. Un eco de aquel sentimiento se ha reflejado infinitas veces en la mirada con que vosotros, al igual que los artistas de todos los tiempos, atraídos por el asombro del ancestral poder de los sonidos y de las palabras, de los colores y de las formas, habéis admirado la obra de vuestra inspiración, descubriendo en ella como la resonancia de aquel misterio de la creación a la que Dios, único creador de todas las cosas, ha querido en cierto modo asociaros.

Por esto me ha parecido que no hay palabras más apropiadas que las del Génesis para comenzar esta Carta dirigida a vosotros, a quienes me siento unido por experiencias que se remontan muy atrás en el tiempo y han marcado de modo indeleble mi vida. Con este texto quiero situarme en el camino del fecundo diálogo de la Iglesia con los artistas que en dos mil años de historia no se ha interrumpido nunca, y que se presenta también rico de perspectivas de futuro en el umbral del tercer milenio.

En realidad, se trata de un diálogo no solamente motivado por circunstancias históricas o por razones funcionales, sino basado en la esencia misma tanto de la experiencia religiosa como de la creación artística. La página inicial de la Biblia nos presenta a Dios casi como el modelo ejemplar de cada persona que produce una obra: en el hombre artífice se refleja su imagen de Creador. Esta relación se pone en evidencia en la lengua polaca, gracias al parecido en el léxico entre las palabras stwórca (creador) ytwórca (artífice).

¿Cuál es la diferencia entre « creador » y « artífice »?El que crea da el ser mismo, saca alguna cosa de la nada —ex nihilo sui et subiecti, se dice en latín— y esto, en sentido estricto, es el modo de proceder exclusivo del Omnipotente. El artífice, por el contrario, utiliza algo ya existente, dándole forma y significado. Este modo de actuar es propio del hombre en cuanto imagen de Dios. En efecto, después de haber dicho que Dios creó el hombre y la mujer « a imagen suya » (cf. Gn 1, 27), la Biblia añade que les confió la tarea de dominar la tierra (cf.Gn 1, 28). Fue en el último día de la creación (cf. Gn1, 28-31). En los días precedentes, como marcando el ritmo de la evolución cósmica, el Señor había creado el universo. Al final creó al hombre, el fruto más noble de su proyecto, al cual sometió el mundo visible como un inmenso campo donde expresar su capacidad creadora.

Así pues, Dios ha llamado al hombre a la existencia, transmitiéndole la tarea de ser artífice. En la «creación artística» el hombre se revela más que nunca «imagen de Dios» y lleva a cabo esta tarea ante todo plasmando la estupenda « materia » de la propia humanidad y, después, ejerciendo un dominio creativo sobre el universo que le rodea. El Artista divino, con admirable condescendencia, trasmite al artista humano un destello de su sabiduría trascendente, llamándolo a compartir su potencia creadora. Obviamente, es una participación que deja intacta la distancia infinita entre el Creador y la criatura, como señalaba el Cardenal Nicolás de Cusa: «El arte creador, que el alma tiene la suerte de alojar, no se identifica con aquel arte por esencia que es Dios, sino que es solamente una comunicación y una participación del mismo»[1].

Por esto el artista, cuanto más consciente es de su «don», tanto más se siente movido a mirar hacia sí mismo y hacia toda la creación con ojos capaces de contemplar y de agradecer, elevando a Dios su himno de alabanza. Sólo así puede comprenderse a fondo a sí mismo, su propia vocación y misión.

La especial vocación del artista

2. No todos están llamados a ser artistas en el sentido específico de la palabra. Sin embargo, según la expresión del Génesis, a cada hombre se le confía la tarea de ser artífice de la propia vida; en cierto modo, debe hacer de ella una obra de arte, una obra maestra.

Es importante entender la distinción, pero también la conexión, entre estas dos facetas de la actividad humana. La distinción es evidente. En efecto, una cosa es la disposición por la cual el ser humano es autor de sus propios actos y responsable de su valor moral, y otra la disposición por la cual es artista y sabe actuar según las exigencias del arte, acogiendo con fidelidad sus dictámenes específicos[2]. Por eso el artista es capaz de producir objetos, pero esto, de por sí, nada dice aún de sus disposiciones morales. En efecto, en este caso, no se trata de realizarse uno mismo, de formar la propia personalidad, sino solamente de poner en acto las capacidades operativas, dando forma estética a las ideas concebidas en la mente.

Pero si la distinción es fundamental, no lo es menos la conexión entre estas dos disposiciones, la moral y la artística. Éstas se condicionan profundamente de modo recíproco. En efecto, al modelar una obra el artista se expresa a sí mismo hasta el punto de que su producción es un reflejo singular de su mismo ser, delo que él es y de cómo es. Esto se confirma en la historia de la humanidad, pues el artista, cuando realiza una obra maestra, no sólo da vida a su obra, sino que por medio de ella, en cierto modo, descubre también su propia personalidad. En el arte encuentra una dimensión nueva y un canal extraordinario de expresión para su crecimiento espiritual. Por medio de las obras realizadas, el artista habla y se comunica con los otros. La historia del arte, por ello, no es sólo historia de las obras, sino también de los hombres. Las obras de arte hablan de sus autores, introducen en el conocimiento de su intimidad y revelan la original contribución que ofrecen a la historia de la cultura.

La vocación artística al servicio de la belleza

3. Escribe un conocido poeta polaco, Cyprian Norwid: «La belleza sirve para entusiasmar en el trabajo, el trabajo para resurgir»[3].

El tema de la belleza es propio de una reflexión sobre el arte. Ya se ha visto cuando he recordado la mirada complacida de Dios ante la creación. Al notar que lo que había creado era bueno, Dios vio también que era bello[4]. La relación entre bueno y bello suscita sugestivas reflexiones. La belleza es en un cierto sentido la expresión visible del bien, así como el bien es la condición metafísica de la belleza. Lo habían comprendido acertadamente los griegos que, uniendo los dos conceptos, acuñaron una palabra que comprende a ambos: «kalokagathia», es decir «belleza-bondad». A este respecto escribe Platón: «La potencia del Bien se ha refugiado en la naturaleza de lo Bello»[5].

El modo en que el hombre establece la propia relación con el ser, con la verdad y con el bien, es viviendo y trabajando. El artista vive una relación peculiar con la belleza. En un sentido muy real puede decirse que la belleza es la vocación a la que el Creador le llama con el don del « talento artístico ». Y, ciertamente, también éste es un talento que hay que desarrollar según la lógica de la parábola evangélica de los talentos (cf. Mt 25, 14-30).

Entramos aquí en un punto esencial. Quien percibe en sí mismo esta especie de destello divino que es la vocación artística —de poeta, escritor, pintor, escultor, arquitecto, músico, actor, etc.— advierte al mismo tiempo la obligación de no malgastar ese talento, sino de desarrollarlo para ponerlo al servicio del prójimo y de toda la humanidad.

El artista y el bien común

4. La sociedad, en efecto, tiene necesidad de artistas, del mismo modo que tiene necesidad de científicos, técnicos, trabajadores, profesionales, así como de testigos de la fe, maestros, padres y madres, que garanticen el crecimiento de la persona y el desarrollo de la comunidad por medio de ese arte eminente que es el «arte de educar». En el amplio panorama cultural de cada nación, los artistas tienen su propio lugar. Precisamente porque obedecen a su inspiración en la realización de obras verdaderamente válidas y bellas, non sólo enriquecen el patrimonio cultural de cada nación y de toda la humanidad, sino que prestan un servicio social cualificado en beneficio del bien común.

La diferente vocación de cada artista, a la vez que determina el ámbito de su servicio, indica las tareas que debe asumir, el duro trabajo al que debe someterse y la responsabilidad que debe afrontar. Un artista consciente de todo ello sabe también que ha de trabajar sin dejarse llevar por la búsqueda de la gloria banal o la avidez de una fácil popularidad, y menos aún por la ambición de posibles ganancias personales. Existe, pues, una ética, o más bien una « espiritualidad » del servicio artístico que de un modo propio contribuye a la vida y al renacimiento de un pueblo. Precisamente a esto parece querer aludir Cyprian Norwid cuando afirma: «La belleza sirve para entusiasmar en el trabajo, el trabajo para resurgir».

El arte ante el misterio del Verbo encarnado

5. La ley del Antiguo Testamento presenta una prohibición explícita de representar a Dios invisible e inexpresable con la ayuda de una «imagen esculpida o de metal fundido» (Dt 27, 25), porque Dios transciende toda representación material: «Yo soy el que soy» (Ex 3, 14). Sin embargo, en el misterio de la Encarnación el Hijo de Dios en persona se ha hecho visible: «Al llegar la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer» (Ga 4, 4). Dios se hizo hombre en Jesucristo, el cual ha pasado a ser así «el punto de referencia para comprender el enigma de la existencia humana, del mundo creado y de Dios mismo»[6].

Esta manifestación fundamental del «Dios-Misterio» aparece como animación y desafío para los cristianos, incluso en el plano de la creación artística. De ello se deriva un desarrollo de la belleza que ha encontrado su savia precisamente en el misterio de la Encarnación. En efecto, el Hijo de Dios, al hacerse hombre, ha introducido en la historia de la humanidad toda la riqueza evangélica de la verdad y del bien, y con ella ha manifestado también una nueva dimensión de la belleza, de la cual el mensaje evangélico está repleto.

La Sagrada Escritura se ha convertido así en una especie de «inmenso vocabulario» (P. Claudel) y de «Atlas iconográfico» (M. Chagall) del que se han nutrido la cultura y el arte cristianos. El mismo Antiguo Testamento, interpretado a la luz del Nuevo, ha dado lugar a inagotables filones de inspiración. A partir de las narraciones de la creación, del pecado, del diluvio, del ciclo de los Patriarcas, de los acontecimientos del éxodo, hasta tantos otros episodios y personajes de la historia de la salvación, el texto bíblico ha inspirado la imaginación de pintores, poetas, músicos, autores de teatro y de cine. Una figura como la de Job, por citar sólo un ejemplo, con su desgarradora y siempre actual problemática del dolor, continúa suscitando el interés filosófico, literario y artístico. Y ¿qué decir del Nuevo Testamento? Desde la Navidad al Gólgota, desde la Transfiguración a la Resurrección, desde los milagros a las enseñanzas de Cristo, llegando hasta los acontecimientos narrados en los Hechos de los Apóstoles o los descritos por el Apocalipsis en clave escatológica, la palabra bíblica se ha hecho innumerables veces imagen, música o poesía, evocando con el lenguaje del arte el misterio del «Verbo hecho carne».

Todo ello constituye un vasto capítulo de fe y belleza en la historia de la cultura, del que se han beneficiado especialmente los creyentes en su experiencia de oración y de vida. Para muchos de ellos, en épocas de escasa alfabetización, las expresiones figurativas de la Biblia representaron incluso una concreta mediación catequética[7]. Pero para todos, creyentes o no, las obras inspiradas en la Escritura son un reflejo del misterio insondable que rodea y está presente en el mundo.

Alianza fecunda entre Evangelio y arte

6. La auténtica intuición artística va más allá de lo que perciben los sentidos y, penetrando la realidad, intenta interpretar su misterio escondido. Dicha intuición brota de lo más íntimo del alma humana, allí donde la aspiración a dar sentido a la propia vida se ve acompañada por la percepción fugaz de la belleza y de la unidad misteriosa de las cosas. Todos los artistas tienen en común la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfección fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu.

El creyente no se maravilla de esto: sabe que por un momento se ha asomado al abismo de luz que tiene su fuente originaria en Dios. ¿Acaso debe sorprenderse de que el espíritu quede como abrumado hasta el punto de no poder expresarse sino con balbuceos? El verdadero artista está dispuesto a reconocer su limitación y hacer suyas las palabras del apóstol Pablo, según el cual «Dios no habita en santuarios fabricados por manos humanas», de modo que «no debemos pensar que la divinidad sea algo semejante al oro, la plata o la piedra, modelados por el arte y el ingenio humano» (Hch 17, 24.29). Si ya la realidad íntima de las cosas está siempre «más allá» de las capacidades de penetración humana, ¡cuánto más Dios en la profundidad de su insondable misterio!

El conocimiento de la fe es de otra naturaleza. Supone un encuentro personal con Dios en Jesucristo. Este conocimiento, sin embargo, puede también enriquecerse a través de la intuición artística. Un modelo elocuente de contemplación estética que se sublima en la fe son, por ejemplo, las obras del Beato Angélico. A este respecto, es muy significativa la lauda extática que San Francisco de Asís repite dos veces en la chartula compuesta después de haber recibido en el monte Verna los estigmas de Cristo: «¡Tú eres belleza... Tú eres belleza!»[8]. San Buenaventura comenta: «Contemplaba en las cosas bellas al Bellísimo y, siguiendo las huellas impresas en las criaturas, seguía a todas partes al Amado»[9].

Una sensibilidad semejante se encuentra en la espiritualidad oriental, donde Cristo es calificado como «el Bellísimo, de belleza superior a todos los mortales»[10]. Macario el Grande comenta del siguiente modo la belleza transfigurante y liberadora del Resucitado: «El alma que ha sido plenamente iluminada por la belleza indecible de la gloria luminosa del rostro de Cristo, está llena del Espíritu Santo... es toda ojo, toda luz, toda rostro»[11].

Toda forma auténtica de arte es, a su modo, una vía de acceso a la realidad más profunda del hombre y del mundo. Por ello, constituye un acercamiento muy válido al horizonte de la fe, donde la vicisitud humana encuentra su interpretación completa. Este es el motivo por el que la plenitud evangélica de la verdad suscitó desde el principio el interés de los artistas, particularmente sensibles a todas las manifestaciones de la íntima belleza de la realidad.

[...]

La « Belleza » que salva

16. Ya en los umbrales del tercer milenio, deseo a todos vosotros, queridos artistas, que os lleguen con particular intensidad estas inspiraciones creativas. Que la belleza que transmitáis a las generaciones del mañana provoque asombro en ellas. Ante la sacralidad de la vida y del ser humano, ante las maravillas del universo, la única actitud apropiada es el asombro.

De esto, desde el asombro, podrá surgir aquel entusiasmo del que habla Norwid en el poema al que me refería al comienzo. Los hombres de hoy y de mañana tienen necesidad de este entusiasmo para afrontar y superar los desafíos cruciales que se avistan en el horizonte. Gracias a él la humanidad, después de cada momento de extravío, podrá ponerse en pie y reanudar su camino. Precisamente en este sentido se ha dicho, con profunda intuición, que «la belleza salvará al mundo»[25].

La belleza es clave del misterio y llamada a lo trascendente. Es una invitación a gustar la vida y a soñar el futuro. Por eso la belleza de las cosas creadas no puede saciar del todo y suscita esa arcana nostalgia de Dios que un enamorado de la belleza como san Agustín ha sabido interpretar de manera inigualable: «¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé!»[26].

Os deseo, artistas del mundo, que vuestros múltiples caminos conduzcan a todos hacia aquel océano infinito de belleza, en el que el asombro se convierte en admiración, embriaguez, gozo indecible.

Que el misterio de Cristo resucitado, con cuya contemplación exulta en estos días la Iglesia, os inspire y oriente.

Que os acompañe la Santísima Virgen, la «tota pulchra» que innumerables artistas han plasmado y que el gran Dante contempla en el fulgor del Paraíso como « belleza, que alegraba los ojos de todos los otros santos »[27].

«Surge del caos el mundo del espíritu». Las palabras que Adam Michiewicz escribía en un momento de gran prueba para la patria polaca[28], me sugieren un auspicio para vosotros: que vuestro arte contribuya a la consolidación de una auténtica belleza que, casi como un destello del Espíritu de Dios, transfigure la materia, abriendo las almas al sentido de lo eterno.

Con mis mejores deseos.

Vaticano, 4 de abril de 1999, Pascua de Resurrección.

IOANNES PAULUS PP. II


[1] Dialogus de ludo globi, Lib. II: Philosophisch-Theologische Schriften, Viena 1967, III, p. 332.

[2] Las virtudes morales, y entre ellas en particular laprudencia, permiten al sujeto obrar en armonía con el criterio del bien y del mal moral, según la recta ratio agibilium (el justo criterio de la conducta). El arte, al contrario, es definido por la filosofía como recta ratio factibilium (el justo criterio de las realizaciones).

[3] PromtehidionBogumil vv. 185-186: Pisma wybrane, Varsovia 1968, vol. 2, p. 216.

[4] La versión griega de los Setenta expresó adecuadamente este aspecto, traduciendo el términotōb (bueno) del texto hebreo con kalón (bello).

[5] Filebo, 65 A.

[6] Carta enc. Fides et ratio (14 septiembre 1998), 80: AAS 91 (1999), 67.

[7] San Gregorio Magno formuló magistralmente este principio pedagógico en una carta del 599 al Obispo de Marsella, Sereno: «La pintura se usa en las iglesias para que los analfabetos, al menos mirando a las paredes, puedan leer lo que no son capaces de descifrar en los códices», Epistulae, IX, 209: CCL 140 A, 1714.

[8] Alabanzas al Dios altísimo, vv. 7 y 10: Fonti Francescane, n. 261, Padua 1982, p. 177.

[9] Leyenda mayor, IX, 1: Fonti Francescane, n. 1162, l. c., p. 911.

[10] Enkomia del Orthós del Santo y Gran Sábado.

[11] Homilía, I, 2: PG 34, 451.


[25] F. Dostoievski, El Idiota, p. III, cap. V.

[26] «Sero te amavi! Pulchritudo tam antiqua et tam nova, sero te amavi!»: Confesiones, 10, 27, 38: CCL 27, 251.

[27] Paraíso, XXXI, 134-135.

[28] Oda do młodości, v. 69: Wybór poezji, Breslau 1986, vol. I, p. 63.